Del 27 de Abril al 7 de junio, se realizó la Primera Bienal de Performance en la Argentina. El motivo fundamental de su creación fue dar cuenta de un accionar, tanto artístico como político, de amplia trayectoria en el país, con alcance y repercusión internacional, que alcanzó niveles de popularidad en las décadas del 60 y 70, y que aún conserva plena vigencia.
Artistas ya consagrados en la historia del arte performance y representantes de otras expresiones afines —como el teatro, la danza y la música— presentaron trabajos inéditos desarrollados especialmente para la Bienal. Porque de eso se trata: de tensionar los límites mismos del género.
Acercarse a una definición es una práctica de lo imposible. El término “Performance” designa una variedad tan amplia de actos que es difícil de discernir. A veces se la asimila a la representación teatral o al happening... Y en esa indeterminación —como manifestación huidiza y esquiva— radica todo su potencial arrollador. En el mismo gesto con que se describe o explica, se borra y se vuelve a inscribir en otra forma para después mutar.
Debido a que las performances adquieren distintos significados de acuerdo al lugar y contexto donde se llevan a cabo, se vuelven legítimas vías de transferencia de memoria ciudadana e identidad social, se podría decir, entonces, que ciertas acciones y situaciones, algunas veces llamadas performances, estrictamente desbordan el llamado campo del arte.
La performance nunca pasa desapercibida: provoca aceptación o rechazo, reflexión o negación. Transita desde siempre los umbrales de la ambigüedad y la contradicción, tratando de dinamitar oposiciones binarias entre lo vivo y lo mediado, lo espontáneo y lo escenificado, lo auténtico y lo planificado.
Uno de los mayores exponentes de este arte, es nada menos que Marina Abramovic, cuyo trabajo explora la relación entre el artista y la audiencia, los límites del cuerpo y las posibilidades de que la mente. Activa desde hace más de tres décadas, se la ha titulado como la "abuela de la performance". Ella fue pionera en una nueva noción de la identidad mediante la incorporación de la participación de observadores, centrándose en " enfrentar el dolor, la sangre y los límites físicos del cuerpo".
Artistas ya consagrados en la historia del arte performance y representantes de otras expresiones afines —como el teatro, la danza y la música— presentaron trabajos inéditos desarrollados especialmente para la Bienal. Porque de eso se trata: de tensionar los límites mismos del género.
Acercarse a una definición es una práctica de lo imposible. El término “Performance” designa una variedad tan amplia de actos que es difícil de discernir. A veces se la asimila a la representación teatral o al happening... Y en esa indeterminación —como manifestación huidiza y esquiva— radica todo su potencial arrollador. En el mismo gesto con que se describe o explica, se borra y se vuelve a inscribir en otra forma para después mutar.
Debido a que las performances adquieren distintos significados de acuerdo al lugar y contexto donde se llevan a cabo, se vuelven legítimas vías de transferencia de memoria ciudadana e identidad social, se podría decir, entonces, que ciertas acciones y situaciones, algunas veces llamadas performances, estrictamente desbordan el llamado campo del arte.
La performance nunca pasa desapercibida: provoca aceptación o rechazo, reflexión o negación. Transita desde siempre los umbrales de la ambigüedad y la contradicción, tratando de dinamitar oposiciones binarias entre lo vivo y lo mediado, lo espontáneo y lo escenificado, lo auténtico y lo planificado.

"des lúcidos" - Provisorio Permanente
6 de Junio - Casa Nacional del Bicentenario

Provisorio Permanente es un colectivo de artistas integrado por Victoriano Alonso, Eduardo T. Basualdo, Hernán Soriano y Pedro Wainer: Artistas provenientes de disciplinas como las Artes Plásticas, el Teatro, el Cine, la Animación y la Manipulación de Objetos.
Trabajan juntos desde el 2003 investigando el potencial dramático y el carácter de experiencia de la obra plástica.
Sus producciones se desarrollan en soportes fotográficos, digitales, objetales y performáticos privilegiando la relación del espectador con la obra.
Viven y trabajan en Buenos Aires.
Sus producciones se desarrollan en soportes fotográficos, digitales, objetales y performáticos privilegiando la relación del espectador con la obra.
Viven y trabajan en Buenos Aires.
El trabajo de este colectivo cuyo nombre es tal paradoja, apela a lo sensible y lo perceptivo para desplegar su arte: un plan ambicioso, con una táctica y una logística afiladas y, por último, con un sentido del humor muy positivo e inteligente.
Provisorio Permanente presentó, en el marco de la Bienal de Performance, su muestra "des lúcidos", un servicio de retratos fotográficos analógicos en blanco y negro.
El proyecto se focaliza en la experiencia personal de cada espectador que forma parte de la acción.
El segundo paso consistía en pasar a través de una puerta "trampa" hacia el cuarto oscuro, teñido de luz roja, donde un operario realizaba el revelado bajo una atmósfera de completa intimidad.
Cada espectador se lleva de recuerdo por su paseo en las entrañas de la cámara, el papel fotográfico como souvenir de aquella presencia efímera.
Al llegar a esta parte, entendí finalmente la idea de la performance, o al menos creí hacerlo desde mi humilde subjetividad. No era una simple cabina de fotos, si no que nos mostraba lo efímero y volátil del ser fotográfico.

Personalmente me encantó esta muestra, por su simpleza, por su forma tan exacta y objetal de mostrar algo tan profundo como la misma existencia, y porque precisamente, logró dejarme pensando en lo que podía llegar a querer producir en el público; pero más importante, porque me produjo a mí una introspección sobre la vida misma. Y creo que eso es lo más importante del arte, lograr producir, traspasar al espectador.
Comentarios
Publicar un comentario